Seguidores

jueves, 3 de noviembre de 2011

REPLAY.

A veces un simple objeto te puede hacer recordar toda tu niñez y momentos pasados. Incluso puede encerrarte en tu habitación a reproducir esas vivencias qué te hacían tan feliz.
Y piensas, en como has cambiado, en quién ya no está, en tu manera diferente de ver las cosas, en tus padres qué están más viejos qué antes, en tus amigos qué tantas risas te provocaron y ahora a saber donde están. Y nos da pena porqé prometimos no separarnos de lo qué éramos, nuestras amistades y virtudes qué poco a poco fueron dejándose caer en el camino recorrido, pero lo qué más pena nos da es qué no podemos volver atrás y recuperarlo. No podemos alargar el brazo taaaaaanto como el doctor Gadget en sus magníficas aventuras. Ni siquiera podemos dar un paso hacia el otro sentido. Tan sólo podemos recuperar a esas personas perdidas un poquito más viejas, más raras, menos locas qué en tus tiempos. Personas qué ya no son lo que eran. Provoca melancolía verlas y saber qué son completamente diferentes qué les han pasado millones de cosas que tuu te has perdido. Cosas que te cuentan y te hacen orgulloso. Y te hacen sentir qué sigues queriendo, a esos amigos de la infancia que siempre estuvieron ahí. Y es qué hay pocos así.
Desde luego, la inocencia de un niño es lo más bonito qué puede haber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario