miércoles, 7 de septiembre de 2011
Cansancio.. y más cansancio.
Tu vida, una simple monotonía, un viaje qué nunca acaba. Pero un día, las cosas cambian y aparece alguien qué te dice qué ¡grites! qué ¡suerte! Qué no todo tiene que ser como los demás quieren qué sea, qué puedes cambiar el destino. Algo pasa y te hace cambiar, ya no eres la de antes, los hilos qué te manejaban sin escrúpulos se han roto y solo estás tú, y tú. Y ¡gritas! y tienes ¡suerte! Y todo lo qué parecía perdido ya no se ve tan negro. Y aunque tus días sean una puta mierda tú te prometes no volver a llorar y eres capaz de sacarle lo precioso y bonito a lo realmente putrefacto y sin sentido, soñando qué algún día lloverá en plena sequía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario